Porque no. Porque aún no hay nacido crisis que pueda con nosotros. Porque esperamos a los problemas con traje de luces. Porque, como el mimbre, antes partimos que doblamos. Porque el cielo no caerá sobre nuestras cabezas. Porque pueden matar al soñador pero nunca al sueño. Porque nos caemos para levantarnos. Porque todos los días sale el sol. Porque siempre nos quedará París. Porque bailaremos bajo la lluvia. Porque somos salmones nadando a contracorriente. Porque mientras nos queden reinas en el tablero, no hay temor al jaque mate. Porque no hay gente idiota, sino unas copas de menos. Porque con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero. Porque los patos de Central Park vuelven en primavera. Porque soy el Coyote y la vida, mi Correcaminos. Porque nada sabe mejor que estar entre amigos tras un largo día. Porque mi vida es una partida del Monopoly: aunque no tenga dinero, seguiré pasando por las calles una y otra vez. Porque esto no es más que una mañana de resaca.  Porque saldremos de nuestra Jungla de Cristal. Porque seguirá sonando Sinatra. Porque encontraremos la tarta de queso perfecta. Porque nunca nos podrán robar el mes de abril. Porque podremos estar parados, pero jamás quietos. Porque más se perdió en Cuba. Porque quedan muchas maletas por hacer y muchos lazos de vestidos por deshacer. Porque los días de sol siempre están a la vuelta de la esquina. Porque, como los violinistas del Titanic, tocaremos y bailaremos hasta que el agua nos llegue al cuello. Disfruta de esta vida con tus amigos, que para morir hemos nacido.